jueves, 10 de febrero de 2011

Material para encuadernar

Cordelería:


• Hilo fino y muy resistente, yo uso el de coser zapatos. • Cordel de cáñamo o yute de 1 o 2 mm de diámetro.
• Cabezada. No es propiamente cordelería. Es la cinta de tela que se pone en la parte superior e inferior del lomo, que tiene un borde decorado y más grueso. Suelen venderla en papelerías.

Herramientas:


• Sierra para metal miniatura.
• Agujas, si es posible sin punta. Deben ser agujas gruesas, de las utilizadas para las labores en cañamazo. También es conveniente tener una aguja lanera con punta para cuando el corte en el lomo del fascículo no llega hasta el centro.
• Tijeras.
• Un cutter.
• Un pincel (redondo) y una paletina (brocha plana), ambos pequeños.
• Un rodillo de plástico duro pequeño, de los usados para quitar las burbujas del papel pintado.
• Plegadora. Es una pieza, habitualmente de hueso aunque ahora las hacen de plástico, alargada, con forma de huso y bordes estrechos pero redondeados, sin filo.
• Una carda.
• Una prensa, o más de una. Yo hice la mía con dos tablillas de madera de haya de 5,5x38x1,25 cm. A 12 mm de uno de los bordes largos hice un agujero cada 2cm con una broca de 8 mm y la presión la consigo con dos tornillos de cabeza hexagonal de unos 10 cm de largo que pasen más o menos ajustados (usé unos de métrica 8) por el agujero, con dos arandelas y una palomilla cada uno (ver imagen). Todos esos agujeros sirven para ajustar la anchura de la prensa al tamaño del libro. Tengo otra mayor, 60 cm, para libros muy grandes.
• Sargentos (mordazas). Por lo menos 2, mejor si son 3.
• Opcionalmente, un bastidor. Tiene su propia sección.


Varios:
• Cola blanca (o resistol chicos)
• Un par de cartulinas gruesas (1,5 a 2 mm), Si quieres hacerte unas pastas necesitarás además cartón de 2 o 2,5 mm de grueso y lo que quieras usar para forrarlas (guaflex, cuero, tela...)
• Papel kraft (ese marrón de embalar).
• Un trozo de cera virgen de abeja.

domingo, 6 de febrero de 2011

¿Tu en qué sueñas?


Cuando era niña, pensaba que lo podía todo, que podía incluso volar, ¡wow! se imaginan, ¡volar!; me veía viajando a muchos lugares de México, conociendo montañas, ríos, selvas, la vida era toda una aventura para mi. Conforme la vida pasa, uno se va dando cuenta de que los deberes de la escuela, son ineludibles, que los quehaceres de la casa, también lo son, y poco a poco la vida se hace presente y desplaza esos sueños que de niño son.

Cuando uno va creciendo, se aleja cada vez más de esos sueños, se van borrando de a poco hasta que se llegan a olvidar por completo, la vida entonces se vuelve corriente, monótona, sin color, sin sabor, pero pasa que ya no lo distinguimos, pasa, que se vuelve “normal”, ya no me recuesto en el sillón con la cabeza hacia abajo, sentada en sentido opuesto, observando como el mundo puede cambiar con solo girar mi cuerpo 180 grados, como si me parara de manos en el piso para tocar con los pies la pared, imaginando en lo que pasaría si la iluminación se cambiara de abajo hacia arriba, ¿qué pasaría?, sin duda el mundo cambiaría.

Pensaba incluso que ser niño era más ventaja que ser niña, a mi no me dejaban salir y andar en la calle, aunque sí, subía a los árboles y trataba de crear historias que me liberaran de estar ahí, en un mundo que no alcanzaba comprender pero que imaginaba extenso y lleno de cosas maravillosas por conocer como en realidad es.

Hoy no acabo de conocer todo lo maravilloso que tiene este mundo, hay tantos pensamientos, hay tantas imágenes, tanta vida, que me es imposible recordarlo todo como quiero, como lo necesito, ocuparía mil libretas de papel hecho a mano por mi para tratar de no dañar la tierra, y miles de fotos en papel para tratar de retener un fragmento de todo ese mundo que me maravilla y que muchas veces no alcanzo a aprehender.

Cuando me doy cuenta de lo limitado de mi ser (y del internet) para sacarme de este sitio donde estoy, recurro a mis recuerdos, a los sueños, vuelvo atrás (aunque no siempre me agrade) para recomponer caminos perdidos hoy, tomar un pedazo de vida olvidado insertarlo en mi presente y seguir caminando, luchando.

¿Nunca han pensado que al estar despiertos, están soñando?, hay veces que la vida parece un sueño del que queremos despertar y otras más, en que es tan hermoso ese sueño que quisieramos permanecer en el eternamente, creo que los sueños nos permiten desahogar nuestra realidad de una forma mas sana, creo que lo sueños nos brindan la oportunidad de conectarnos con esa parte nuestra que ocultamos; hacemos contacto con los pensamientos, ideas o sueños terribles o sueños benévolos, es ahí donde descubrimos las fobias y donde realizamos las cosas más fantásticas que en la realidad no lograríamos, ¿tu en qué sueñas?.